Ixtapa
A lo largo de la Bahía del Palmar, en una zona del Pacífico mexicano donde la naturaleza no ha escatimado en belleza y recursos, se encuentra uno de los principales destinos de playa en México: el complejo turístico de Ixtapa-Zihuatanejo. Un resort que tiene todo dispuesto para garantizar unas vacaciones inolvidables. El destino, además, cuenta con lo necesario para un viaje de trabajo placentero, por disponer de tecnología de punta para juntas y convenciones.
A sólo siete kilómetros de distancia, en los alrededores de la playa Principal, se ubica Zihuatanejo, con sus pequeños hoteles y modestos bungalows, donde aún reinan en el paisaje los montes de la Sierra Madre, ya que no se permiten las edificaciones altas. Allí campean los aromas de pescados, langostas y demás delicias del mar que se cocinan en los restaurantes y palapas en torno al Malecón.
Mancuerna indisoluble, complemento entre las comodidades de una de las infraestructuras turísticas más modernas y mejor planeadas de México, y el primigenio encanto de un pueblo pesquero, Ixtapa-Zihuatanejo se presenta como un destino inmejorable para el descanso y la diversión, el escape de romance o el viaje de negocios. Un lugar abundante en playas, rico en opciones gastronómicas y donde reina el respeto a la naturaleza.
Sus nombres proceden del náhuatl, cultura que dominó los incipientes asentamientos del Pacífico. Zihuatanejo era tradicionalmente conocido como Cihuatlán, “tierra de mujeres”. En una carta de Hernán Cortés al emperador Carlos V, fechada en 1524, refiere un informe que le presentaron, sobre una tierra poblada sólo por mujeres, donde llegaban hombres en cierta temporada, “con los cuales han acceso”. Las mujeres que se embarazaban, si tenían varones, los mandaban de regreso y si eran mujeres se quedaban en la isla.
Sin embargo, la tradición náhuatl habla de un paraíso occidental del universo, que es la morada de las mujeres diosas (Cihuateteo), deificadas por haber muerto durante el parto. De acuerdo al mito cosmogónico, las Cihuateteo ascendían para recibir al sol y conducirlo hacia el ocaso. Zihuatanejo fue uno de los pueblos tributarios que los aztecas llamaban Cihuatlán, denominación genérica de “occidente”.
Más tarde, aunque fue explorado con el objeto de ser puerto para el comercio marítimo con Asia, los conquistadores encontraron más estratégica la Bahía de Acapulco y dejaron Zihuatanejo para disfrutarla en la tranquilidad de siempre.
Ixtapa, que significa “lugar blanco”, permaneció intacta durante siglos. En la década de 1980, emergió en el panorama turístico como un polo integral, ecológicamente planeado, donde participaron el gobierno federal y la iniciativa privada para crear un resort con la infraestructura más moderna y completa del país, privilegiada por la riqueza de sus aguas y el prodigio de sus paisajes.