Tijuana
Esta ciudad de maquiladoras y turismo es uno de los cruces fronterizos más importantes del mundo. “Aquí empieza la patria” reza la leyenda de su escudo, símbolo de llegada para los millones de mexicanos que vuelven del otro lado. Y esta también parece otra para los estadounidenses porque sólo cruzar la frontera hace sentirse en otra dimensión, surrealista y folclórica, incluso imprecisa.
Con la prohibición del alcohol en Estados Unidos, Tijuana se convirtió en el paraíso de los vecinos del norte, pues no sólo era legal, sino que las restricciones de su venta o consumo eran prácticamente nulas. Las cantinas, los bares de las famosas margaritas y los grupos de adolescentes que parecen disfrutar gozosamente de algún estado de ebriedad fundidos con el calor del sol y la atemporalidad convierten a Tijuana en un sitio de constante experimento y fuente de inspiración que se refleja en las canciones o películas realizadas en torno a la ciudad o en la llegada de una gran cantidad de artistas que absorben la inercia transcultural de esta ciudad. Si se busca turismo alternativo, no hay otra experiencia como la placentera despersonalización y desprendimiento que rodea a Tijuana, “The happiest place on earth”